OCASO



Fuimos solo dos tontos enamorados
al pensar que podríamos vencer
la tempestad de nuestras vidas.
Tu y nuestro amor Prohibido,
yo y mi densa rutina.
Fueron sueños inocentes
de un amor desesperado,
pequeños fragmentos
que se los llevó el viento.
Pensaste que el tiempo
abriría los espacios
que la vida nos negó.
Pensé que nuestras palabras
llegarían al ocaso.
Pero las palabras mueren,
y murieron en tus labios,
y murieron en los míos.
Y no hubo ocaso,
no hubo amor,
no para mí.

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